LOS CUATRO MUNDOS EN LA CATEDRAL DE TORTOSA

LOS CUATRO MUNDOS EN LA CATEDRAL DE TORTOSA



 En el árbol de la vida de la Kabbalah están representados los Cuatro mundos:
              - Atzilut, mundo de la Emanación, representa el Fuego y la Luz. Este mundo lo componen las tres Sephirás superiores: Kether, Binah y Chokmá.

              - Beriah, mundo de la Creación, representa el Aire. Manifiesta al mundo superior y engloba en el Pilar del Medio del árbol de la vida las Sephirás Kether, Daat (la central) y Tiferet.

             - Yetsirah, mundo de la Formación, representa el Agua. Engloba Daat, Tiferet y Yesod en el Pilar del Medio. Nos acercamos al plano material.

            - Assiah, mundo de la Acción, Elemento Tierra. Engloba a Tiferet, Yesod y Malkut en el Pilar del Medio. Para el ser humano, el más inmediato.

Observamos que del mundo de la Luz, ésta se va adaptando progresivamente (sus frecuencias se nos hacen más audibles) para poder ser entendida hasta el nivel más material y, así, poder manifestarse.

Estos Cuatro Mundos de la Kabbalah están perfectamente representados en el ábside de la Catedral de Tortosa, tal como se observa en la fotografía:



 El ábside que rodea el altar mayor, a modo de impresionante columna partida por la mitad de arriba hacia abajo, en la que una parte es visible y la otra permanece invisible a simple vista. En una parte se desarrolla el ritual, en la otra se recibe en la intimidad de cada uno.

Se distinguen claramente los tres mundos, el de la Emanación, el de la Creación y el de la Formación, observables ya que pertenecen a mundos no alcanzables por el ser humano.

El cuarto mundo no es observable ya que se unde en su propio elemento, la Tierra. La que otorga la forma, donde se concreta y puede ser sentida por el Iniciado, que al ser el observador representa ese cuarto mundo.

La estructura está diseñada para interactuar con el Iniciado, no es estática e inamovible. Otorga su sabiduría a quien sintoniza con las frecuencias adecuadas, tras las diversas pruebas de paso.

A mayor confirmación de esta fascinante estructura encontramos el mismo simbolismo en la carta de "el Papa" del Tarot:



 Observamos perfectamente la misma división de los cuatro mundos poniendo especial énfasis en la tiara papal que corona la cabeza del Iniciado, símbolo de sabiduría y conocimiento que se recibe desde lo más alto y que recae sobre el Iniciado, replicando, a su vez, el propio Árbol de la Vida a escala personal, donde la cabeza representaría la sephirá Kether, alcanzando más allá de nuestros pies representado por la sephirá Malkut.

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JMMA .·.


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